Libertad creativa: Irving empleó seudónimos para separar sus obras y explorar diferentes estilos de escritura sin verse limitado por su reputación establecida. Cada seudónimo le permitió experimentar con diversas voces y géneros literarios. Al usar diferentes nombres, tuvo la libertad de crear personajes y perspectivas narrativas distintivas sin confundir a los lectores ni eclipsar sus publicaciones anteriores.
Anonimato: En las primeras etapas de su carrera literaria, Irving eligió seudónimos para mantener cierto grado de anonimato. Durante su época, no era raro que los autores publicaran obras de forma anónima o seudónima para evaluar la recepción del público sin vincular inmediatamente su reputación a esas obras. Este enfoque le ofreció a Irving la oportunidad de evaluar la respuesta del lector y modificar su enfoque literario si fuera necesario.
Algunos de los seudónimos notables que utilizó Irving incluyen Geoffrey Crayon, Jonathan Oldstyle, Launcelot Langstaff y Diedrich Knickerbocker. Cada seudónimo tuvo el propósito de explorar temas, perspectivas y técnicas narrativas específicas a lo largo de su ilustre carrera como escritor.