Sandra es una ex reina de belleza que posee un carisma y encanto innegables. Sin embargo, su vida está marcada por una serie de relaciones tumultuosas, incluido un matrimonio que termina en divorcio. El comportamiento impredecible y errático de Sandra a menudo deja a Sidda sintiéndose confundida, abandonada y emocionalmente marcada.
A pesar de sus defectos, Sandra también es retratada como una madre profundamente amorosa que lucha con su incapacidad para brindar la estabilidad y la orientación que Sidda necesita. La novela explora los propios desafíos emocionales y traumas de Sandra, arrojando luz sobre los factores que moldearon su carácter y la llevaron a distanciarse de su hija.
A medida que se desarrolla la historia, Sidda se embarca en un viaje de autodescubrimiento y curación, confrontando el impacto de las acciones de su madre y buscando la reconciliación. A través de este proceso, tanto Sandra como Sidda obtienen información sobre su pasado y presente, lo que en última instancia conduce a una comprensión más profunda del otro y a una oportunidad de crecimiento emocional y reconexión.
El personaje de Sandra en "Los Divinos Secretos de la Hermandad Ya-Ya" sirve como catalizador para la transformación personal de la protagonista e ilustra las complejidades de la dinámica familiar y los vínculos duraderos entre madres e hijas.