Aquí hay algunos puntos clave que ejemplifican la crítica de Miller al sueño americano en la obra:
Expectativas poco realistas: Miller retrata el sueño americano como un ideal inalcanzable que prepara a los individuos para el fracaso. Willy Loman, el protagonista de la obra, es un excelente ejemplo de ello. Se aferra a la creencia de que el éxito está a la vuelta de la esquina si trabaja lo suficiente, incluso cuando la evidencia sugiere lo contrario. Esto finalmente conduce a su trágica caída.
Materialismo y Consumismo: Miller critica la excesiva atención a las posesiones materiales y el culto al éxito inherentes al sueño americano. La obsesión de Willy por el dinero y el estatus lo ciega ante el verdadero valor de las relaciones y la integridad personal. Su búsqueda de riqueza se produce a expensas del bienestar de su familia.
Explotación del individuo: La obra revela cómo el sueño americano a menudo explota a los individuos en beneficio de las corporaciones y los sistemas de poder. El empleador de Willy, por ejemplo, se aprovecha de su lealtad y dedicación, descartándolo cuando ya no es útil. El sistema recompensa a quienes tienen conexiones y riqueza, dejando atrás a los vulnerables.
Ilusión y autoengaño: Miller explora cómo el sueño americano fomenta el autoengaño y la negación de la realidad. Willy se engaña a sí mismo con grandiosas visiones de éxito y se niega a reconocer sus fracasos. Vive en un mundo de ilusión, lo que le impide comprender y abordar verdaderamente sus problemas.
Impacto en la familia y las relaciones: La búsqueda del sueño americano puede tener consecuencias devastadoras en las relaciones familiares. La obsesión de Willy por el éxito afecta negativamente su relación con sus hijos y su esposa, creando distancia emocional y provocando resentimiento. La obra destaca cómo el sueño americano puede priorizar la ambición material a expensas de los vínculos familiares y la realización personal.
A través de la trágica historia de Willy Loman, Miller expone la parte más oscura del sueño americano, revelando el costo psicológico que puede cobrar a las personas y el daño que puede infligir en sus vidas y relaciones. Desafía a la sociedad a examinar críticamente sus valores y prioridades, instando a alejarse de la ambición ciega hacia actividades más auténticas y significativas.