La única vez que Peter realmente crece es en la novela de 1911 de Sir James Matthew Barrie, "Peter y Wendy". En este libro, Peter regresa a Londres para ayudar a la hija de Wendy, Jane, quien es secuestrada por el Capitán Garfio. Durante su estancia en Londres, Peter interactúa con el mundo humano y comienza a sentir un apego por Jane y su familia. Esto lo lleva a comenzar a cuestionarse su eterna infancia y a contemplar la idea de crecer. Sin embargo, al final, decide regresar al País de Nunca Jamás, incapaz de abandonar por completo su vida mágica.
En algunas reinterpretaciones de la historia de Peter Pan, como la película de 2003 "Peter Pan", el personaje eventualmente envejece debido a circunstancias únicas o a fuerzas externas. Aún así, la esencia de Peter Pan como niño eterno sigue siendo un tema central a lo largo de varias adaptaciones y representaciones del personaje.