Por ejemplo, si un personaje creció en una zona rural y luego se muda a una gran ciudad, puede sentirse abrumado y desorientado por su nuevo entorno. Esto podría provocar una sensación de pérdida, ya que es posible que extrañen las imágenes y los sonidos familiares de su antiguo hogar. También podría generar una sensación de conflicto, ya que es posible que tengan que adaptarse a una nueva forma de vida y hacer nuevos amigos.
Otro ejemplo es si un personaje vive en un mundo que de repente es devastado por un desastre natural. Esto podría provocar una sensación de devastación y pérdida, ya que es posible que el personaje tenga que reconstruir su vida desde cero. También podría generar una sensación de conflicto, ya que es posible que tengan que competir por los recursos con otros supervivientes.
Al cambiar el entorno del personaje, el autor puede crear una variedad de emociones y conflictos, lo que puede ayudar a impulsar la historia y mantener a los lectores interesados.