A medida que se desarrolla la letra, ella describe ser quemada por un amor que se volvió cruel y sentir como las llamas consumían sus emociones y su deseo de estar con esa persona. Sin embargo, en lugar de regodearse en la derrota, la cantante elige hacerse cargo de su situación y dejar atrás el pasado "prendiendo fuego a la lluvia", lo que representa simbólicamente la liberación y la determinación de dejar que el dolor de su vida se queme. A través de esta transformación, espera avanzar y encontrar una sensación de curación interior.
En general, la canción retrata un viaje profundamente emocional en el que se enfrenta el dolor y la desesperación eligiendo la fuerza, la resiliencia y el deseo de superar las cenizas de una relación fallida. La poderosa metáfora de prender fuego a la lluvia evoca el abandono catártico del dolor pasado para abrazar un renacimiento del espíritu.