"¡Una plaga para vuestras dos casas!" (Acto 3, Escena 1).
Esta cita resalta la frustración y el enojo de Mercucio con los Montesco y los Capuleto, cuya enemistad conduce a los trágicos acontecimientos de la obra. También demuestra que es un personaje apasionado e impulsivo, que no tiene miedo de decir lo que piensa, incluso si eso significa ofender a los demás.