La profesión de geisha se remonta al siglo XVIII, cuando aparecieron por primera vez en los distritos de entretenimiento de Kioto y Tokio. Las geishas eran originalmente niñas que fueron vendidas como servidumbre por contrato por sus familias. Fueron entrenados en diversas artes y tradiciones, y se esperaba que trabajaran para sus patrocinadores hasta que pudieran pagar sus deudas.
Hoy en día, las geishas ya no son sirvientas contratadas y son libres de elegir su propia profesión. Sin embargo, la profesión de geisha sigue siendo muy exigente y requiere de mucha dedicación y formación. Las geishas deben dominar una variedad de artes y también deben poder hablar y escribir japonés con fluidez.
Las geishas a menudo se asocian con la industria del entretenimiento de alto nivel en Japón y con frecuencia se las contrata para actuar en fiestas y eventos. También son atracciones turísticas populares, y muchos turistas visitan Japón específicamente para ver actuar a las geishas.
La profesión de geisha es una parte única y fascinante de la cultura japonesa. Las geishas son intérpretes altamente cualificadas y también son depositarias de las artes y la cultura tradicionales japonesas. Son una parte importante de la sociedad japonesa y continúan desempeñando un papel vital en la preservación y promoción de la cultura tradicional japonesa.