Sin embargo, una gran cantidad de evidencia histórica y circunstancial, como referencias a las obras de personajes contemporáneos; registros históricos que muestran a Shakespeare como actor que participó en Lord Chamberlain's Men y que estaba en posesión de manuscritos originales; registros que lo vinculan con editoriales y empresas teatrales específicas; su última voluntad y testamento (que mencionaba "mis manuscritos"); elogios contemporáneos que lo elogian como un talentoso dramaturgo y poeta; así como la falta de documentación creíble que indique la existencia o el papel de un candidato alternativo con suficientes conocimientos o credenciales literarias, han llevado tradicionalmente a figuras destacadas del mundo académico y de la investigación académica a asignar la autoría del "canon de Shakespeare" a William Shakespeare sin reservas.