Algunas de las pruebas que se han citado para respaldar la afirmación de que Shakespeare era antisemita incluyen:
* La obra "El mercader de Venecia" contiene varios estereotipos negativos de los judíos, incluido el personaje de Shylock, que es un prestamista codicioso y vengativo.
* La obra "Titus Andronicus" contiene una escena en la que una mujer judía es asesinada y mutilada.
* En la obra "Labores de amor perdidos", el personaje Costard se refiere a una mujer como "judía". Este era un término de abuso común en ese momento, y algunos estudiosos han argumentado que el uso que hizo Shakespeare sugiere que compartía las opiniones negativas de los judíos que prevalecían en la Inglaterra isabelina.
Sin embargo, también se ha citado evidencia para respaldar la afirmación de que Shakespeare no era antisemita o que sus opiniones sobre los judíos eran complejas y matizadas. Por ejemplo:
* La obra "El mercader de Venecia" también contiene algunas representaciones positivas de los judíos, como el personaje de Jessica, que es una mujer amable y compasiva.
* En la obra "Como gustéis", el personaje Jaques se refiere a un hombre judío llamado Orlando como "un tonto digno". Esto sugiere que Shakespeare era capaz de ver a los judíos desde una perspectiva positiva y que no compartía la opinión de que todos los judíos eran malos.
* Algunos estudiosos han argumentado que las obras de Shakespeare reflejan las actitudes antisemitas que prevalecían en la Inglaterra isabelina, pero que no reflejan necesariamente las opiniones personales de Shakespeare.
En última instancia, es imposible decir definitivamente si William Shakespeare era antisemita o no. Hay pruebas que respaldan ambos lados del argumento, y es probable que sus opiniones sobre los judíos fueran complejas y matizadas.