El poema establece paralelismos entre el atractivo físico de las mujeres y los colores y formas vibrantes de las rosas. El poeta describe los distintos tonos de rosas y compara sus cualidades únicas con diferentes tipos de mujeres. Sugiere que cada mujer, al igual que cada rosa, tiene su propia belleza y encanto que cautiva y encanta a quienes la rodean.
El poema también explora la naturaleza efímera tanto de las mujeres como de las rosas. Así como las rosas florecen por un corto tiempo y luego se marchitan, Browning reflexiona sobre la belleza fugaz de las mujeres y su presencia pasajera en la vida. Reconoce que tanto las mujeres como las rosas eventualmente deben desvanecerse, pero su impacto y sus recuerdos perduran, dejando una marca indeleble en los corazones de aquellos a quienes tocan.
Además, el poema toca el tema del amor y el deseo. Browning sugiere que las mujeres, como las rosas, tienen el poder de evocar emociones fuertes y pasiones profundas en quienes se acercan a su presencia. La belleza tanto de las mujeres como de las rosas inspira admiración, anhelo y un profundo aprecio por su existencia.
En general, "Mujeres y rosas" es una celebración de la belleza y el poder transformador de las mujeres y las rosas, retratándolas como símbolos de amor, sensualidad y gracia fugaz en medio del intrincado tapiz de la experiencia humana.