La música religiosa andante se reproduce normalmente a una velocidad de alrededor de 76 pulsaciones por minuto. A menudo se caracteriza por una articulación legato (suave) y un estilo semplice (simple). La melodía suele ser interpretada por un instrumento solista, como un violín o una flauta, y va acompañada de un instrumento de cuerdas, como un piano o un órgano.
La música religiosa andante se utiliza a menudo en ceremonias y servicios religiosos. También se puede utilizar en un entorno secular, como en un concierto o recital. Algunos ejemplos famosos de música religiosa andante incluyen el "Ave María" de Franz Schubert y el "Adagio para cuerdas" de Samuel Barber.