Esta cita es de la novela de Oscar Wilde "El retrato de Dorian Gray". Lo habla Lord Henry Wotton, un personaje conocido por sus opiniones hedonistas y cínicas sobre la vida. En este pasaje, Lord Henry analiza la naturaleza del amor y cómo puede resultar difícil de entender o explicar. Sostiene que el amor no es algo que pueda definirse o categorizarse fácilmente y que a menudo es una emoción compleja y multifacética.