Por el obispo Robert W. McMurray
Lectura bíblica:Efesios 2:8-9 (NVI)
"Porque por gracia sois salvos mediante la fe; y esto no proviene de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".
Introducción:
En nuestra sociedad actual, a menudo escuchamos la frase "sálvate a ti mismo". Es un llamado a la autosuficiencia y la independencia. Pero como cristianos, sabemos que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Nuestra salvación es un regalo de Dios, recibido a través de la fe en Jesucristo. Entonces, ¿qué significa realmente salvarse a sí mismo?
Puntos a considerar:
* Reconociendo nuestra necesidad de salvación:
- Entender que como humanos, todos somos caídos y pecadores.
- Nuestros pecados nos han separado de Dios y nos han hecho incapaces de salvarnos a nosotros mismos.
- El concepto de salvación propia conduce al orgullo y a la superioridad moral.
* Fe y Gracia:
- La salvación es un regalo de Dios y sólo puede recibirse a través de la fe en Jesucristo.
- Efesios 2:8-9 enfatiza que la salvación "no es de vosotros, es don de Dios".
- La salvación no se gana mediante buenas obras o esfuerzo propio sino que se da por la gracia de Dios.
* Humildad y Dependencia de Dios:
- Aceptar la salvación de Dios requiere humildad y reconocer nuestra necesidad de la misericordia de Dios.
- La verdadera autoconservación radica en rendirse a la soberanía de Dios y confiar en Sus promesas.
* Arrepentimiento y Transformación:
- La salvación no se trata sólo de ser "salvado" sino de abrazar una vida renovada en Cristo.
- Implica arrepentirse del pecado, alejarnos de nuestros viejos caminos y alinear nuestra vida con los propósitos de Dios.
- El Espíritu Santo obra dentro de nosotros para transformar nuestros corazones y mentes.
* Confiando en la Provisión de Dios:
- Debemos confiar en la provisión y guía de Dios mientras recorremos el camino de la salvación.
- Él ve el panorama más amplio y sabe qué es lo mejor para nosotros, incluso cuando no podemos entenderlo.
- Su gracia nos da fuerza y esperanza, y a través de él podemos verdaderamente "salvarnos".
Conclusión:
"Sálvate a ti mismo" no significa depender únicamente del esfuerzo humano o de la autosuficiencia. En el contexto del cristianismo, la autoconservación genuina viene a través de la fe en Jesucristo, reconociendo nuestra necesidad de salvación y recibiéndola como un regalo de Dios. Cuando nos rendimos al amor y la guía de Dios, experimentamos verdadera transformación y salvación, lo que nos lleva a caminar en su presencia de acuerdo con sus propósitos.