---
"Un salmo de vida" de Henry Wadsworth Longfellow es un poema que anima a los lectores a vivir sus vidas con propósito y pasión, y a aprovechar cada día al máximo. El poema comienza afirmando que la vida es corta y frágil, y que es importante vivirla al máximo mientras podamos. Longfellow escribe:
"¡La vida es real! ¡La vida es seria!
Y la tumba no es su objetivo;
Polvo eres, al polvo vuelves,
No se habló del alma."
El poema continúa diciendo que no debemos desperdiciar nuestras vidas en la ociosidad o el arrepentimiento, sino que debemos esforzarnos por alcanzar nuestros sueños y generar un impacto positivo en el mundo. Longfellow escribe:
"El arte es largo y el tiempo fugaz,
Y nuestros corazones, aunque fuertes y valientes,
Aún así, como tambores apagados, suenan
El funeral marcha hacia la tumba."
También nos aconseja ser fieles a nosotros mismos y a nuestras convicciones, y no dejarnos llevar por las opiniones de los demás. Longfellow escribe:
"¡No confíes en el futuro, por agradable que sea!
¡Que el Pasado muerto entierre a sus muertos!
¡Actúa, actúa en el Presente vivo!
¡Corazón dentro y Dios arriba!
El poema concluye con un llamado a la acción, instándonos a vivir nuestras vidas con pasión y propósito, y a aprovechar cada día al máximo. Longfellow escribe:
"Todas las vidas de grandes hombres nos recuerdan
Podemos hacer nuestras vidas sublimes,
Y al partir, dejarnos atrás
Huellas en las arenas del tiempo;
Huellas, que tal vez otra,
Navegando sobre la solemne vida principal,
Un hermano desamparado y náufrago,
Viéndolo, recobraré el ánimo."