- La tortuga acuática llameante: Este poema dinámico y colorido trata sobre una criatura africana legendaria llamada "galápago llameante", un símbolo de resistencia y coraje.
- Rinoceronte: Conocido por sus vívidas imágenes y ricas metáforas, "Rhinoceros" captura la fuerza y la majestuosidad de los rinocerontes, ofreciendo una visión profunda de las maravillas de la vida salvaje africana.
- Rodeando el Cabo: Campbell describe brillantemente un atrevido viaje por mar alrededor del traicionero Cabo de Buena Esperanza, transmitiendo tanto los peligros como el esplendor de la vida de un marinero.
- La chica zulú: Explorando la diversidad cultural y abrazando la diversidad étnica, "La chica zulú" arroja luz sobre la belleza y la gracia de una mujer local de la tribu zulú.
- Tristán da Cunha: Campbell celebra la resiliencia y supervivencia de los habitantes de Tristán da Cunha, una remota isla volcánica en el Atlántico Sur.
- Los árboles de goma: A través de una dicción delicada y detalles sensoriales, el poema describe el significado de los eucaliptos, evocando nostalgia y un anhelo conmovedor por paisajes familiares.
- Caballos en la Camarga: Basándose en su fascinación por los caballos, Campbell muestra vívidamente el elegante movimiento y el espíritu salvaje e indómito de los caballos que corren por las marismas francesas de la Camarga.
- En el tanque del zoológico: Con una mezcla de humor negro y comentarios sobre la curiosidad humana, el poema profundiza en la observación de animales salvajes, en particular tigres, confinados en recintos de zoológicos.
- Oda a Johannesburgo: Campbell compone un retrato poético poderoso pero agridulce de Johannesburgo, la vibrante ciudad de Sudáfrica, que combina una sensación de anhelo con un toque de crítica.
- A una cobra mascota: Escrito en un tono más reflexivo, el poeta se dirige a una cobra cautiva y al mismo tiempo aborda cuestiones existenciales y la intrincada relación entre depredadores y presas.
Al profundizar en estos poemas, uno no sólo encuentra una dicción poética magistral e imágenes vívidas, sino también un profundo aprecio por los diversos paisajes, los encuentros humanos y las fuerzas indómitas de la naturaleza que cautivaron la imaginación de Roy Campbell a lo largo de su viaje poético.