Las excusas tejen una red que oscurece la verdad y la luz.
Como ladrones en la noche, roban la oportunidad.
Para enfrentarse a uno mismo y abrazar una segunda mirada.
Susurran suavemente, con gracia seductora,
De las razones por las que nos desviamos y no logramos afrontar
Nuestros propios defectos, los defectos que decidimos ocultar,
En su abrazo, se niega la rendición de cuentas.
Pero son frágiles estos mantos de autoengaño,
Porque la verdad saldrá a la luz y el ajuste de cuentas será completo.
Mentiras esperando en las sombras que crean,
Un ajuste de cuentas que no podemos optar por disipar.