Donde las sombras bailan y la oscuridad domina,
Allí camina un alma, indómita y salvaje,
Con corazón de fuego y espíritu engañado.
Dally Curtis:un nombre que suena,
Con ecos de rebelión, alas de libertad.
Un alma a la deriva en un mar tempestuoso,
Buscando consuelo en el caos, salvaje y libre.
Sus ojos reflejan la llama de la rebelión,
Un desafío feroz, indómito e indómito.
En los callejones donde converge el dolor.
Dally deambula, un guardián de las masas desatendidas.
Debajo de su endurecido exterior se encuentra
Un corazón que anhela, un alma que llora.
Por el amor negado y los sueños postergados,
Sigue vagando, como un pájaro herido.
Oh Dally Curtis, un alma indómita,
Por las cadenas de la sociedad, que nunca serán domadas.
En tu espíritu inquieto encontramos gracia.
Un poema que habla de tu abrazo salvaje.
'Invictus', una oda atemporal a la fuerza.
Del triunfo que surge de la pérdida y la duración.
En tu espíritu indomable encuentra resonancia,
Un testimonio de la llama feroz dentro de tu presencia.
Como el viento indómito que barre las llanuras.
Dally Curtis, tu legado permanece.
Un renegado con un corazón que anhela.
Un símbolo de rebelión que arde para siempre.
Así que que este poema sea un verdadero homenaje.
A Dally Curtis, salvaje y desatado también.
Que tu espíritu se eleve más allá de los cielos,
Inmortalizado para siempre en estos lazos poéticos.