Cuando los poetas utilizan el lenguaje sensorial, no se limitan a describir lo que ven, oyen, tocan, saborean u huelen; también evocan emociones y crean imágenes que resuenan con las propias experiencias del lector. Esto puede hacer que el poema sea más identificable, impactante y memorable.
A continuación se muestran algunos ejemplos de lenguaje sensorial en poesía:
Vista :
* "El cielo era de un azul cerúleo profundo, como el interior de un zafiro".
* "El sol arroja largos y dorados rayos sobre la tranquila pradera".
Audiencia :
* "La lluvia golpeaba contra el cristal de la ventana, un ritmo suave que calmaba mi alma".
* "Las risas lejanas de los niños resonaban por el parque."
Tocar :
* "La suave caricia de la brisa contra mi piel era como un susurro de la naturaleza."
* "La corteza áspera del árbol se sentía como papel de lija contra mis dedos".
Sabor :
* "El sabor dulce y picante de la fresa recién cortada estalló en mi boca".
* "El regusto amargo del chocolate amargo permaneció en mi lengua".
Olor :
* "El embriagador aroma del jazmín llenó el aire, un fragante abrazo que me envolvió".
* "El olor acre de la tierra mojada después de una fuerte lluvia era vigorizante."
Al incorporar el lenguaje sensorial, los poetas dan vida a sus poemas, permitiendo a los lectores conectarse con el poema a un nivel visceral. Crea una experiencia multisensorial que transporta al lector al mundo del poema y mejora su comprensión y apreciación del texto.