En un mundo de sueños apagados y cielos cenicientos,
Se enciende una chispa, una melodía que emprende vuelo.
Estallan fuegos artificiales, una sinfonía de colores,
Encendiendo la esperanza, disipando los dolores de la vida.
Cada destello es un testimonio de la voluntad inquebrantable,
Surgiendo de las profundidades, resiliencia tan pura.
A través de las pruebas enfrentadas y la oscuridad que disipar,
Un alma triunfante, un espíritu siempre seguro.
Como un fénix que surge de su nido de fuego,
Fragmentos rotos transformados en cresta,
Desafiando los límites, elevándose cada vez más alto,
Persiguiendo sueños, un deseo implacable.
A través de la oscuridad, un faro tan brillante,
Guiando corazones perdidos en las profundidades de la noche,
Un recordatorio de fuerza, una luz eterna,
En este viaje de sueños, para siempre.
Así que deja que los fuegos artificiales bailen a través de la cúpula.
Un testimonio del triunfo que hemos conocido.
Porque en la llama reside un legado,
Un espíritu inquebrantable, una marea radiante.