La comparación con un caracol también resalta el hecho de que el hombre es una criatura de hábitos. Así como un caracol sigue el mismo camino día tras día, el hombre también suele quedar atrapado en rutinas y patrones de comportamiento. Esto puede provocar una sensación de estancamiento y falta de progreso, por lo que Shakespeare también compara al hombre con un actor que desempeña diferentes papeles a lo largo de su vida.
La comparación con un caracol es también un recordatorio de que el hombre es una criatura mortal. Así como un caracol finalmente llega al final de su viaje, también el hombre llegará eventualmente al final de su vida. Este es un pensamiento aleccionador, pero también puede ser una fuente de inspiración, ya que nos recuerda que debemos aprovechar al máximo nuestro tiempo en la tierra y vivir nuestras vidas al máximo.