1. Presión social y dinámica de grupo: La sociedad puritana en Salem está altamente gobernada por normas sociales, creencias religiosas y el miedo a la desviación. Tituba y Sarah Good pertenecen a grupos marginados dentro de la comunidad:Tituba como una mujer de color esclavizada y Sarah Good como una anciana pobre. La presión social para conformarse y evitar ser condenado al ostracismo o castigado puede llevar a las personas a confesar incluso cuando son inocentes.
2. Conflictos interpersonales: Tituba y Sarah Good tienen conflictos personales y rivalidades dentro de la comunidad. Por ejemplo, Abigail Williams, una joven cuyas acusaciones desencadenan los juicios por brujería, ha tenido anteriormente disputas con Tituba. Algunas confesiones podrían haberse hecho en un intento de echar la culpa o buscar venganza contra adversarios personales.
3. Convicciones religiosas: La creencia puritana en la existencia literal de la brujería crea un entorno en el que los individuos son muy sugestionables y susceptibles a miedos irracionales. Es posible que los acusados, incluidos Tituba y Sarah Good, hayan interiorizado estas creencias y temieran genuinamente estar aliados con el diablo o practicar magia negra.
4. Manipulación por parte de figuras de autoridad :Los jueces que presiden los juicios por brujería, como Danforth y Hathorne, ejercen un poder e influencia significativos. Sus métodos de interrogatorio y obtención de confesiones podrían haber sido coercitivos o de tal manera que al acusado le resultara difícil resistirse.
5. Deseo de protección: Confesar brujería podría haber sido visto como una forma de obtener protección o indulgencia por parte del tribunal. Al admitir su culpa y arrepentirse, las personas podrían evitar el severo castigo asociado con la brujería, como la vergüenza pública, el encarcelamiento o incluso la ejecución.
6. Recurso legal limitado :El sistema legal durante los juicios por brujería de Salem tenía fallas y carecía del debido proceso. Sin una representación legal adecuada o una oportunidad justa de defenderse, es posible que Tituba y Sarah Good se sintieran obligados a confesar simplemente porque no tenían otra opción.
Es importante recordar que las confesiones hechas durante los juicios por brujería de Salem a menudo no eran confiables, estaban forzadas o se basaban en acusaciones falsas. La obra arroja luz sobre los peligros de la histeria colectiva, los prejuicios y el abuso de poder en la sociedad.