1. Personificación:
La glorieta de tilos se personifica como una "prisión", lo que sugiere la sensación de confinamiento y limitación del hablante.
2. Contraste y comparación:
Coleridge contrasta el mundo exterior, lleno de vida y actividad vibrantes, con el estado confinado del hablante. Compara la glorieta de tilos con una "mazmorra", enfatizando el marcado contraste entre su entorno y la libertad que anhela.
3. Imágenes:
El poema es rico en imágenes sensoriales que evocan imágenes, sonidos y olores del mundo natural. Estas imágenes ayudan a crear una experiencia vívida e inmersiva para el lector, reflejando las propias percepciones intensificadas del hablante durante su aislamiento.
4. Simbolismo:
La enramada de tilos en sí misma se convierte en un símbolo de confinamiento y limitación, mientras que el mundo natural más allá representa la libertad y la liberación.
5. Tono conversacional:
Coleridge emplea un tono conversacional a lo largo del poema, dirigiéndose a la glorieta de tilos como si fuera un compañero. Esto crea una sensación de intimidad e inmediatez, atrayendo al lector a los pensamientos y sentimientos del hablante.
6. Encabalgamiento:
Coleridge utiliza con frecuencia el encabalgamiento, pasando frases de una línea a la siguiente sin pausa. Esta técnica crea una sensación de fluidez y continuidad, reflejando el hilo de pensamiento ininterrumpido del hablante.
7. Cesura:
Coleridge también incorpora cesuras, pausas dentro de las líneas, para agregar énfasis y estructura a su verso. Estas pausas ayudan a dar forma al ritmo y la musicalidad del poema.
Al emplear estas técnicas poéticas, Coleridge transmite eficazmente el estado emocional del hablante, su anhelo de libertad y su profundo aprecio por el mundo natural incluso en medio de su confinamiento.