La historia sigue el viaje de un grupo de adolescentes que se pierden en un terreno traicionero y deben confiar en su ingenio y trabajo en equipo para sobrevivir. El paisaje es implacable, con densos bosques, ríos helados y picos imponentes que presentan desafíos constantes para el progreso del grupo.
El entorno salvaje juega un papel fundamental en el desarrollo de los personajes, poniendo a prueba su fuerza física y mental y revelando sus conflictos y miedos internos. Las duras condiciones sirven como metáfora del laberinto metafórico que deben recorrer para encontrar el camino de regreso a la seguridad, tanto física como emocionalmente. La belleza y el peligro del mundo natural se vuelven parte integral de la historia, dando forma a las experiencias de los personajes y, en última instancia, llevándolos hacia el crecimiento y el autodescubrimiento.