Sin embargo, a medida que avanza la obra, comienza a surgir una faceta diferente de Edipo. Se revela como un hombre orgulloso y arrogante, que se enoja rápidamente y es propenso a la violencia. También se muestra capaz de una gran crueldad, como lo demuestra su trato hacia Tiresias y el pastor que revela la verdad sobre su nacimiento.
En última instancia, Edipo es una figura compleja y trágica, admirable y a la vez imperfecta. Es un hombre que intenta hacer lo correcto, pero que finalmente se ve deshecho por su propio orgullo y arrogancia.