El orador afronta este recelo enfatizando la importancia de vivir el momento presente. Reconocen que la vida es frágil e incierta y que no pueden controlar lo que les depara el futuro. Por lo tanto, deciden aprovechar al máximo cada oportunidad y saborear las cosas buenas de la vida mientras puedan.
Este mensaje de abrazar el momento presente se ve reforzado por la estructura de la propia Oda. El poema está escrito en una forma conocida como poema "carpe diem", que literalmente significa "aprovecha el día". A lo largo de la oda, el hablante utiliza una variedad de recursos literarios, como imágenes, alusiones y metáforas, para crear una sensación de urgencia y animar al lector a abrazar la vida al máximo.
En última instancia, la primera oda transmite un mensaje de esperanza y gratitud, incluso frente a la impermanencia. Al reconocer la fugacidad de la vida, el hablante puede apreciar las alegrías y la belleza del momento presente y encontrar satisfacción ante un futuro incierto.