Los psicólogos evolucionistas sostienen que muchos de nuestros rasgos psicológicos son producto de la selección natural y que han evolucionado con el tiempo para ayudarnos a sobrevivir y reproducirnos en nuestro entorno. Sin embargo, los críticos argumentan que esta perspectiva no tiene en cuenta el papel de la cultura en la configuración de nuestro comportamiento. Argumentan que la cultura es una fuerza poderosa que puede anular nuestros instintos e inclinaciones naturales, y que incluso puede conducir a cambios en nuestra fisiología. Por ejemplo, los estudios han demostrado que las personas que viven en sociedades con altos niveles de apoyo social tienden a ser más saludables y vivir más que aquellas que viven en sociedades con bajos niveles de apoyo social.
El debate entre los psicólogos evolucionistas y los psicólogos culturales es complejo y es probable que continúe durante muchos años más. Sin embargo, existe un consenso cada vez mayor de que tanto la cultura como la biología desempeñan un papel importante en la configuración del comportamiento y la cognición humanos.