Desde el libro de Moro, muchos autores y pensadores han escrito sobre sociedades utópicas y sus características, pero tienden a ser lugares ficticios e inexistentes más que lugares reales. Las utopías se utilizan a menudo para comparar y contrastar con las sociedades existentes y para imaginar cambios positivos y mejoras en la forma en que vive la gente.
En un sentido más amplio, la búsqueda de un lugar perfecto o ideal se puede ver en muchas narrativas culturales, religiosas y mitológicas, con conceptos como el Jardín del Edén, Shangri-La, El Dorado y el Reino de los Cielos. Sin embargo, estas siguen siendo representaciones simbólicas o alegóricas de sociedades ideales más que lugares reales.
Por tanto, la utopía no tiene un lugar físico concreto sino que existe como un concepto abstracto y una aspiración a una sociedad mejor y más justa.