Por un lado, existen razones válidas para su preocupación. César se ha vuelto cada vez más ambicioso y hambriento de poder, y sus acciones han comenzado a amenazar el tradicional equilibrio de poder en la República Romana. Su popularidad entre la gente común lo ha convertido en una amenaza potencial para el Senado, y sus victorias militares le han dado el control de un ejército grande y leal. Además, la negativa de César a rechazar el título de rey ha levantado sospechas de que planea convertirse en dictador.
Por otro lado, algunos de los temores de los conspiradores se basan en rumores y especulaciones más que en pruebas concretas. Por ejemplo, creen que César planea marchar sobre Roma y disolver el Senado, aunque no hay pruebas que respalden esta afirmación. Además, están influenciados por la retórica manipuladora de Cassius y su capacidad para jugar con sus emociones.
En última instancia, es difícil decir definitivamente si los temores de los conspiradores están justificados o injustificados. Hay razones válidas para su preocupación, pero también están influenciadas por rumores y especulaciones. Al final, corresponde a cada lector decidir si cree que los temores de los conspiradores están justificados.
Vale la pena señalar que la obra presenta múltiples perspectivas sobre el carácter y las motivaciones de César, y diferentes personajes tienen diferentes opiniones sobre él. Algunos personajes, como Bruto y Casio, creen que César es una amenaza peligrosa para la República, mientras que otros, como Marco Antonio, creen que es un gran líder que ha actuado en beneficio de Roma. La obra también explora los complejos dilemas morales que enfrentan los conspiradores al sopesar los beneficios potenciales de asesinar a César frente a los riesgos potenciales.