El soneto comienza con Milton dirigiéndose a su Padre Celestial y expresando su gratitud por las muchas bendiciones que ha recibido a lo largo de su vida, a pesar de los desafíos que enfrenta ahora. Reconoce que Dios le ha concedido "luz celestial" en forma de iluminación intelectual y espiritual, que le ha permitido seguir su vocación poética y servir como recipiente para la inspiración divina.
Sin embargo, Milton lamenta la pérdida de su vista física, a la que se refiere como "ausencia de luz". Reconoce las limitaciones e inconvenientes que la ceguera impone en su vida diaria, incluida la incapacidad de leer, escribir y disfrutar de la belleza visual del mundo que lo rodea. También expresa su frustración por no poder desarrollar todo su potencial como poeta, temiendo que su ceguera pueda obstaculizar su capacidad para expresar sus pensamientos y emociones de manera efectiva.
A pesar de estos desafíos, Milton afirma su fe en la providencia de Dios y su creencia de que Dios tiene un propósito mayor para él, incluso en su ceguera. Se siente reconfortado al saber que la "luz interior" de Dios todavía ilumina su mente y su corazón, lo que le permite permanecer firme en su devoción y continuar su obra poética.
El soneto concluye con la declaración de Milton de que, aunque esté físicamente ciego, continuará buscando y sirviendo a Dios con todos los sentidos y habilidades que le quedan. Expresa su esperanza de que Dios lo guíe e inspire, permitiéndole usar su ceguera como una oportunidad para el crecimiento espiritual y la transformación poética.
En general, “Sobre su ceguera” revela el profundo sentimiento de pérdida de Milton, su lucha con las limitaciones impuestas por su condición física y su fe inquebrantable en el plan de Dios para su vida. El soneto ejemplifica la resiliencia y determinación de Milton, así como su creencia de que incluso frente a la adversidad, puede encontrar significado, propósito e inspiración poética.