1. Ilusión de deriva periférica: Esto ocurre cuando miras fijamente un objeto estacionario durante un período prolongado, como un punto en una pared. Después de un tiempo, es posible que perciba que el objeto se mueve o se desplaza ligeramente. Se cree que esta ilusión es causada por pequeños movimientos oculares involuntarios.
2. Efecto autocinético: Esto se refiere a la ilusión de movimiento que se experimenta al observar un único punto de luz estacionario en un ambiente oscuro. Con el tiempo, puede parecer que la luz se mueve o se desplaza, aunque permanezca estacionaria.
3. Efecto secundario del movimiento: Después de observar un objeto o patrón en movimiento durante algún tiempo, es posible que continúe percibiendo movimiento en la dirección opuesta cuando el objeto se detiene o cambia de dirección. Este es un tipo de adaptación visual que persiste brevemente después de que ha cesado el movimiento real.
4. Ilusión parpadeante: Cuando se presentan imágenes que se alternan rápidamente en rápida sucesión, nuestro cerebro puede percibir un movimiento continuo, aunque las imágenes individuales sean estacionarias. Este es el principio detrás de las películas y animaciones.
5. Sistema vestibular: El sistema vestibular de nuestro oído interno es responsable de nuestro sentido del equilibrio y la orientación espacial. A veces, las alteraciones o desequilibrios en este sistema pueden provocar falsas sensaciones de movimiento, como sentir que el suelo se mueve cuando no es así (por ejemplo, durante el mareo).
6. Trastornos neurológicos: Ciertos trastornos neurológicos, como la esquizofrenia, la enfermedad de Parkinson o la epilepsia del lóbulo temporal, pueden implicar movimientos fantasmas o una percepción errónea del movimiento.
7. Sustancias psicodélicas: Las drogas alucinógenas, como el LSD o la psilocibina, pueden alterar las percepciones y el procesamiento sensorial, lo que podría provocar experiencias vívidas de movimientos fantasmas o distorsiones visuales.
Comprender los mecanismos y las causas de los movimientos fantasmas puede ayudarnos a apreciar la naturaleza intrincada de nuestra percepción y la compleja interacción entre nuestros sentidos y el cerebro.