- Compresas calientes: Se creía que aplicar compresas calientes en el área afectada ayudaba a reducir el dolor y la inflamación.
- Cataplasmas: Se aplicaban en el lugar de la picadura cataplasmas hechas de diversas hierbas, como aloe vera, hojas de tabaco o ajo, para aliviar el dolor y promover la curación.
- Hierbas y especias: Se consumían o aplicaban en la zona de la picadura ciertas hierbas y especias, como la cúrcuma, el jengibre o la pimienta de cayena, para aliviar el dolor y tener efectos antiinflamatorios.
- Opio: El opio, un potente narcótico, se utilizaba en ocasiones como analgésico en caso de picaduras graves de escorpión, aunque su uso estaba muy regulado debido a su naturaleza adictiva.
- Aceite de serpiente: Se creía que el aceite de serpiente, un remedio popular popular en esa época, curaba las picaduras de escorpión, pero tenía poco o ningún valor medicinal.
Es importante señalar que estos tratamientos se basaron en conocimientos tradicionales y carecían de evidencia científica. En casos de picaduras graves de escorpión, buscar atención médica sería crucial, pero en 1848, las instalaciones y tratamientos médicos avanzados no eran ampliamente accesibles, especialmente tras la pista de los piratas informáticos.