Los investigadores han explorado cómo las preferencias musicales pueden relacionarse con rasgos psicológicos, experiencias emocionales y comportamientos sociales, pero identificar vínculos causales es un desafío debido a la complejidad del comportamiento humano. Muchos otros factores, como la educación personal, el entorno social, las experiencias de vida y las personalidades individuales, pueden influir en el desarrollo de tendencias agresivas.
Es esencial evitar generalizaciones y tener en cuenta que la música es a menudo uno de varios factores que interactúan para moldear las creencias, actitudes y comportamientos de una persona. La música y otras formas de arte brindan diversas salidas para la autoexpresión y la liberación emocional sin conducir directamente a la agresión o la violencia.
Si le preocupa el comportamiento de un individuo, es mejor evaluar sus circunstancias específicas y buscar orientación o apoyo profesional en lugar de confiar únicamente en las preferencias musicales como indicador de agresividad potencial.