1. Daños en las cuerdas vocales: Las cuerdas vocales son los dos delicados pliegues de tejido de la laringe que vibran para producir sonido. El daño a estos pliegues, como por uso excesivo, trauma o enfermedad, puede provocar una pérdida permanente de la voz.
2. Trastornos neurológicos: Los trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), pueden afectar los nervios que controlan las cuerdas vocales, lo que provoca problemas vocales y una posible pérdida de la voz.
3. Envejecimiento: El proceso natural de envejecimiento puede provocar el debilitamiento de las cuerdas vocales y los músculos que las sostienen, afectando la calidad y proyección de la voz al cantar. Si bien el envejecimiento no necesariamente resulta en una pérdida total de la voz, puede afectar el rango vocal y la flexibilidad del cantante.
4. Tabaquismo y consumo de alcohol: Fumar y el consumo excesivo de alcohol pueden irritar y dañar las cuerdas vocales, provocando ronquera persistente y cambios de voz potencialmente duraderos.
5. Tratamientos contra el cáncer: Ciertos tratamientos médicos, como la radioterapia para los cánceres de cabeza y cuello, pueden causar daños en las cuerdas y el tracto vocal, provocando alteraciones o pérdida permanentes de la voz.