Para fiestas y otros eventos, el nivel de sonido óptimo dependerá del tamaño del lugar y del número de personas presentes. Una buena regla general es mantener el SPL promedio entre 85 y 90 dB. Este nivel es lo suficientemente alto como para escucharse claramente en todo el lugar, pero no tanto como para causar daños auditivos o interrumpir las conversaciones.
Es importante tener en cuenta que el SPL producido por un altavoz no es constante sino que varía según la frecuencia del sonido. Las frecuencias bajas (graves) requieren más potencia para producir el mismo SPL que las frecuencias altas (agudos). Por lo tanto, es importante utilizar un amplificador que sea lo suficientemente potente como para hacer funcionar los altavoces sin saturar ni distorsionar el sonido.
Para evitar que los parlantes se vuelen, es importante evitar sobrecargarlos con demasiada energía. Esto puede ocurrir cuando el amplificador está demasiado alto o cuando los altavoces reciben una señal demasiado potente. También es importante asegurarse de que los altavoces estén conectados correctamente y que la impedancia de los altavoces coincida con la impedancia del amplificador.
Si sigue estas pautas, puede ayudar a garantizar que sus parlantes funcionen de manera óptima y duren muchos años.