En un clavecín, la dinámica se controla principalmente mediante el toque del intérprete. Cuanto más fuerte presione el jugador las teclas, más fuerte será el sonido. Esto se debe a que la acción del clavecín es directa, es decir, la fuerza aplicada a la tecla se transmite directamente a las clavijas (palancas que pulsan las cuerdas).
Además, algunos clavecines tienen un pedal suave que se puede utilizar para reducir el volumen. Este pedal funciona desplazando el teclado hacia los lados para que los jacks punteen las cuerdas en un punto menos ventajoso, lo que da como resultado un sonido más suave.
Timbre
El timbre de un clavecín está determinado principalmente por los materiales utilizados para fabricar las cuerdas y la tapa armónica. Diferentes materiales producen diferentes timbres:los materiales más duros suelen producir sonidos más brillantes y los materiales más suaves producen sonidos más suaves.
Además, el tamaño y la forma de la caja y la tapa armónica del clavecín pueden influir en el timbre. Los instrumentos más grandes suelen tener un sonido más rico y completo que los instrumentos más pequeños, y los instrumentos con formas de caja armónica más complejas pueden producir timbres más complejos.
Finalmente, la elección del registro por parte del intérprete (qué paradas se dibujan) también puede afectar el timbre del clavecín. Diferentes combinaciones de paradas pueden producir diferentes timbres, desde brillantes y tintineantes hasta cálidos y suaves.