* La púa es visiblemente delgada o tiene surcos profundos.
* La púa es notablemente áspera o tiene una textura difusa.
* La púa ya no puede producir un tono claro y consistente.
* La púa es difícil de controlar y se siente "resbaladiza" al jugar.
* La púa produce un sonido sordo o apagado al rasguear.
* La púa ya no puede mantener su forma y se dobla o deforma fácilmente.
En caso de duda, es mejor reemplazar la púa de guitarra por una nueva. Una púa desgastada puede afectar tu juego y dificultar tu progreso, por lo que es importante mantenerla en buenas condiciones.