Cuando el poder militar se emplea junto con otros instrumentos, se convierte en parte de una estrategia cohesiva. El instrumento diplomático puede ayudar a generar apoyo internacional para la acción militar o establecer una justificación legal para la misma. Se pueden utilizar medidas económicas para debilitar a un adversario o ejercer presión para obtener los resultados deseados. Las actividades informativas pueden moldear la opinión pública e influir en las percepciones tanto nacionales como internacionales.
Al sincronizar el uso del poder militar con otros instrumentos, una nación puede:
- Mejorar la legitimidad y eficacia de las operaciones militares obteniendo apoyo internacional y alineando acciones con objetivos diplomáticos más amplios.
- Minimizar la necesidad de fuerza militar aplicando presión diplomática y económica, resolviendo potencialmente conflictos sin recurrir a un compromiso militar a gran escala.
- Mitigar los riesgos y costos de las operaciones militares aprovechando otros instrumentos para reducir la probabilidad de una escalada o consecuencias no deseadas.
- Garantizar un enfoque holístico y sostenible para abordar los desafíos combinando capacidades militares con esfuerzos diplomáticos, habilidad para gobernar económicamente y campañas informativas.
En conclusión, si bien el instrumento militar del poder nacional es esencial para proteger y defender los intereses de una nación, es más eficaz cuando se emplea de manera sincronizada y coordinada con los instrumentos diplomáticos, económicos e informativos. Un enfoque integral que integre los cuatro instrumentos permite a una nación navegar en el complejo entorno global y lograr sus objetivos estratégicos de manera más efectiva y eficiente.