El arpa de cristal fue inventada en el siglo XVIII por Benjamin Franklin, quien se inspiró en el sonido de los dedos mojados al tocar los bordes de las copas de vino. El instrumento de Franklin, al que llamó "armónica", consistía en una serie de 37 cuencos de vidrio afinados en diferentes tonos y montados sobre un eje giratorio. El intérprete se sentaba frente al instrumento y giraba el eje mientras pasaba sus dedos mojados por los bordes de los cuencos, produciendo un sonido fascinante y de otro mundo.
El arpa de cristal rápidamente ganó popularidad en Europa y se convirtió en el instrumento favorito de muchos músicos notables, incluidos Mozart, Beethoven y Schubert. Sin embargo, el instrumento también enfrentó cierta controversia y críticas debido a sus supuestos efectos negativos en la salud de los artistas, quienes, según se informó, padecían ansiedad, depresión y otras enfermedades. Como resultado, el arpa de vidrio cayó en desgracia en el siglo XIX y se volvió relativamente oscura.
En los últimos años ha habido un renovado interés por el arpa de cristal y su sonido único. Los compositores y músicos contemporáneos han incorporado el instrumento en sus obras y se han desarrollado varias versiones modernas del arpa de vidrio, incluidos los "Crystal Singing Bowls" y el "Verrillon". Estas modernas arpas de vidrio están hechas de cristal o vidrio de plomo de alta calidad y producen un sonido rico y resonante que es muy valorado en la meditación, la terapia de sonido y las prácticas espirituales.
Tocar el arpa de cristal requiere un toque delicado y cierto nivel de habilidad. El intérprete debe frotar los bordes de los cuencos de vidrio con los dedos mojados, utilizando distintos grados de presión y velocidad para producir diferentes tonos y cualidades tonales. Los cuencos también se pueden golpear suavemente para crear un efecto de percusión. La música producida por el arpa de vidrio es a menudo de improvisación, lo que permite al intérprete explorar la expresividad inherente del instrumento y crear una amplia gama de paisajes sonoros.
El sonido del arpa de cristal es verdaderamente único y cautivador. Se caracteriza por sus tonos etéreos, parecidos a campanas, y su capacidad para sostener notas durante mucho tiempo. El timbre del arpa de cristal ha sido descrito como celestial, angelical y de otro mundo, lo que lo convierte en un instrumento perfecto para crear una atmósfera de tranquilidad, serenidad y misticismo.