1. Sesgo intragrupal . Esta es la tendencia a favorecer a los miembros de nuestro propio grupo y verlos de manera más positiva que los miembros de otros grupos. Cuando nos identificamos con un grupo en particular, tendemos a verlo como superior a otros grupos y podemos usar estereotipos negativos para diferenciar a nuestro grupo de los demás. Por ejemplo, los fanáticos de un equipo deportivo en particular pueden denigrar a otros equipos para mejorar el estatus de su propio equipo.
2. Teoría de la identidad social . Esta teoría sostiene que los individuos definen su autoconcepto en función de su pertenencia a varios grupos. Cuando nuestro concepto de nosotros mismos se ve amenazado, podemos adoptar comportamientos negativos hacia miembros de otros grupos como una forma de aumentar nuestra propia autoestima. Por ejemplo, los fanáticos de un género musical en particular pueden menospreciar a los fanáticos de otros géneros para sentirse mejor acerca de su propio gusto musical.
3. Competencia por los recursos . Cuando los grupos compiten por recursos escasos, como atención, dinero o estatus, pueden adoptar comportamientos negativos entre sí para obtener una ventaja. Por ejemplo, los seguidores de diferentes partidos políticos pueden atacarse entre sí para hacerse con el control del gobierno.
4. Disonancia cognitiva . Esto ocurre cuando mantenemos dos o más creencias contradictorias al mismo tiempo. Por ejemplo, una persona que cree que su banda favorita es la mejor del mundo puede sentirse incómoda con el hecho de que otras personas no estén de acuerdo con ella. Para reducir este malestar, pueden menospreciar a otras bandas que gustan a la gente para reforzar sus propias creencias.
Es importante señalar que no todos los fanáticos de ciertos grupos tienen un comportamiento despectivo. Sin embargo, los factores descritos anteriormente pueden ayudar a explicar por qué algunas personas sienten la necesidad de menospreciar a otros grupos.