Aquellos que creen que la música está permitida en naats y hamds argumentan que puede ayudar a crear una experiencia más bella y edificante para el oyente, y que también puede ayudar a transmitir el mensaje de la letra de manera más efectiva. También argumentan que no hay evidencia en el Corán o la Sunnah que prohíba explícitamente el uso de la música en contextos religiosos.
Aquellos que creen que la música no está permitida en naats y hamds argumentan que puede distraer y desviar el foco de la adoración. También argumentan que hay muchos hadices que advierten contra los peligros de la música y que estos hadices deben tenerse en cuenta al tomar decisiones sobre el uso de la música en contextos religiosos.
En última instancia, la decisión de utilizar o no música en naats y hamds es personal. No hay una respuesta correcta o incorrecta y cada persona debe decidir qué es lo mejor para sí misma.