Este himno clásico ha sido versionado por muchos artistas a lo largo de los años, pero la versión de Red Hot Chili Peppers es particularmente única. La canción presenta un ritmo de rock contundente, con el bajo de Flea proporcionando una base sólida para la conmovedora voz de Anthony Kiedis. La gaita añade un toque de estilo celta a la canción, convirtiéndola en una experiencia auditiva verdaderamente inolvidable.