El término volumen se utiliza a menudo indistintamente con dinámica, que se refiere a los cambios de volumen a lo largo del tiempo. La dinámica a menudo se indica en notación musical utilizando términos italianos, como piano (suave), forte (fuerte), crescendo (cada vez más fuerte) y diminuendo (cada vez más suave).
El volumen puede controlarse mediante una variedad de factores, incluidas las características físicas del instrumento, la técnica del intérprete y la acústica del espacio de actuación. Por ejemplo, una trompeta es naturalmente más ruidosa que un violín y un intérprete puede producir un sonido más fuerte tocando con más fuerza o utilizando una técnica de arco diferente. La acústica de un espacio de actuación también puede afectar el volumen percibido del sonido:un espacio reverberante hace que el sonido parezca más fuerte que en un espacio seco.
El volumen es un elemento importante de la expresión musical y se puede utilizar para crear una variedad de efectos, como generar tensión o crear una sensación de dramatismo. También se puede utilizar para resaltar diferentes instrumentos o voces dentro de una pieza musical, o para crear una sensación de equilibrio o contraste entre diferentes secciones.