* Mala calidad de sonido. Los registros de 78 RPM tenían una fidelidad relativamente baja en comparación con los formatos posteriores. Esto se debía al hecho de que estaban hechos con un surco relativamente tosco, lo que limitaba la cantidad de información que se podía grabar.
* Tiempo de juego limitado. Los discos de 78 RPM sólo podían contener unos cuatro minutos de música por cara. Esto los hacía inadecuados para piezas musicales más largas, como sinfonías u óperas.
* Inconvenientes. Los discos de 78 RPM eran relativamente pesados y voluminosos y requerían un reproductor especial. Esto los hacía menos convenientes que los formatos posteriores, como los LP y los casetes.
* Costo. Los discos de 78 RPM eran relativamente caros de producir, en comparación con los formatos posteriores. Esto se debía a que requerían un proceso de fabricación más especializado.
Como resultado de estos factores, los discos de 78 RPM fueron gradualmente eliminados en favor de otros formatos en las décadas de 1950 y 1960.