Bahía de Hudson: En 1610, Hudson se embarcó en una segunda expedición, patrocinada por la Compañía Inglesa de Moscovia, en busca de un paso hacia el noreste hacia Asia. Navegó hacia el oeste a través del Océano Atlántico y se encontró con Groenlandia. Continuando hacia el norte, Hudson quedó atrapado en el hielo frente a la costa de Canadá, donde pasó el invierno de 1610 a 1611. La supervivencia de la tripulación durante este duro invierno se atribuye al sólido liderazgo y la ingeniosa navegación de Hudson. Aunque Hudson no llegó a Asia, exploró y cartografió grandes áreas de la región de la Bahía de Hudson, contribuyendo a la posterior exploración del Ártico.
Spitsbergen: Durante un viaje anterior, en 1607, Henry Hudson había visitado el archipiélago de Svalbard, incluido Spitsbergen. A su regreso, Hudson describió la rica vida silvestre, especialmente osos polares y morsas, y los abundantes recursos, como el carbón, de esta región ártica. Sus relatos detallados inspiraron expediciones posteriores a la zona para exploración, caza de ballenas y caza.
Bahía James: Las exploraciones de Hudson en América del Norte también incluyeron la región de James Bay en el actual Canadá. Mientras intentaba encontrar un paso hacia el noroeste, Hudson encontró este gran mar interior, que lleva el nombre del rey James I. Pasó algún tiempo explorando el área, lo que contribuyó a sus descubrimientos y contribuyó a la comprensión de esta costa norte.
Nota: Los viajes de Henry Hudson tuvieron un impacto significativo en la exploración y colonización europea en América del Norte. Sus descubrimientos abrieron nuevas posibilidades para el comercio, los asentamientos y la explotación de recursos en las regiones que exploró. Sin embargo, su viaje terminó trágicamente, ya que él y algunos miembros de su tripulación fueron abandonados durante su última expedición en 1610 o 1611.