1. Coloque el bizcocho congelado en un fregadero o recipiente lleno de agua fría. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente, ya que esto puede hacer que el bizcocho se cocine.
2. Deje la esponja en remojo en agua fría durante 5 a 10 minutos. Esto ayudará a aflojar los cristales de hielo y facilitará su eliminación.
3. Frote suavemente la esponja con los dedos para ayudar a romper el hielo. Tenga cuidado de no dañar la esponja.
4. Una vez eliminado el hielo, enjuaga la esponja con agua fría para eliminar los cristales de hielo restantes.
5. Seque la esponja con una toalla limpia y déjela secar al aire por completo antes de usarla.