Nina (Natalie Portman) realiza con éxito el papel de Swan Lake. Ella ofrece una actuación poderosa y cautivadora, logrando la perfección que ella y su directora, Thomas (Vincent Cassel), ansiaban.
Pero el estado mental de Nina se deteriora drásticamente. Ella comienza a exhibir signos de psicosis, alucinando y exhibiendo un comportamiento violento y errático. La película sugiere que estos son los resultados de su búsqueda obsesiva de la perfección y la presión del papel.
La escena final es fundamental. Nina se muestra en su camerino, después de haber sido elogiada por su actuación. Ella parece contenta, casi triunfante. Sin embargo, luego comienza a sangrar mucho de su nariz y boca, lo que sugiere una posible hemorragia interna. La cámara se acerca a su reflejo en el espejo, donde ahora se la ve con un aspecto dividido, "Black Swan", reflejando la dualidad del personaje que interpretó.
La película termina sin una explicación clara. El tiro final es la cara de Nina, con la sangre manchando su maquillaje de cisne blanco. Esto deja a la audiencia preguntándose si está muerta, si finalmente ha logrado una verdadera transformación de "cisne negro", o si simplemente sucumbe a una enfermedad mental.
Interpretaciones:
* Nina está muerta: Esta es la interpretación más directa, con el sangrado fatal. Este sería un final trágico, destacando el poder destructivo de la obsesión y el precio de la perfección artística.
* Nina es el cisne negro: Esta interpretación sugiere que Nina ha logrado la mejor fusión con el lado oscuro, pero a un gran costo. El sangrado podría simbolizar la transformación violenta, o tal vez una manifestación física de su lucha interna.
* nina es mentalmente inestable: Esta interpretación se centra en el deterioro mental, lo que sugiere que Nina ha perdido el contacto con la realidad y su verdadero ser, consumido por el personaje. El sangrado podría simbolizar el desglose de su psique.
En última instancia, el final está diseñado para ser abierto, invitando a la audiencia a contemplar las consecuencias del viaje de Nina y la naturaleza de la obsesión artística. Deja un impacto duradero, lo que provoca una reflexión sobre las líneas borrosas entre la realidad y la fantasía, la cordura y la locura, y el verdadero precio de lograr el sueño de uno.