2. Estereotipos sociales: Existe un estereotipo generalizado de que los dibujos animados son sólo para niños. Esto puede hacer que los adultos sientan que deberían "crecer" y dejar de disfrutar de los dibujos animados para cumplir con las expectativas de la sociedad.
3. Miedo a ser juzgado: Los adultos pueden preocuparse por ser juzgados o vistos como infantiles por sus compañeros o colegas si admiten que les gustan los dibujos animados. Este miedo a ser juzgado puede llevarlos a reírse o burlarse de otras personas que son abiertas sobre su amor por los dibujos animados.
4. Actitud desdeñosa: Algunos adultos pueden simplemente descartar los dibujos animados como entretenimiento de baja calidad y que no vale la pena tomarlos en serio. Es posible que los vean como una pérdida de tiempo o como algo que sólo los niños deberían disfrutar.
5. Diferencias generacionales: Es posible que los adultos mayores hayan crecido en una época en la que los dibujos animados no eran tan aceptados ni apreciados como lo son hoy. Es posible que hayan interiorizado la creencia de que los dibujos animados son sólo para niños y, por tanto, les resulte difícil aceptar que los adultos también puedan disfrutarlos.
Es importante recordar que disfrutar de los dibujos animados es una preferencia personal y que no es una vergüenza encontrar alegría en algo que te entretiene, sin importar tu edad.