La línea más famosa y relevante que trata sobre el concepto de un hombre cuando era niño es:"¡Qué trabajo es un hombre! ¡Qué noble en la razón, cómo infinito en la facultad! En la forma y el movimiento de cómo expresas y admirables en acción, ¿cómo como un ángel, en aprehensión?
Este pasaje del Acto II, Escena II, destaca la dualidad de la naturaleza humana:somos magníficos y defectuosos, capaces de grandes cosas, pero también propensas a la debilidad y la locura.