En general, a los actores profesionales se les pagaba más que a los actores aficionados. Los actores profesionales solían ser miembros de un gremio o grupo y habían recibido formación en su oficio. Los actores aficionados a menudo eran simplemente personas que actuaban en una obra por diversión.
El tipo de actuación también afectó la cantidad que se les pagaba a los actores. Por ejemplo, a los actores que actuaban en obras religiosas normalmente se les pagaba más que a los actores que actuaban en obras seculares. Esto se debe a que las obras religiosas a menudo eran patrocinadas por la iglesia o por mecenas adinerados, que estaban dispuestos a pagar más por representaciones de calidad.
Finalmente, la ubicación de una actuación también influyó en el salario que se les pagaba a los actores. A los actores que actuaban en grandes ciudades o pueblos normalmente se les pagaba más que a los actores que actuaban en pequeñas aldeas o zonas rurales. Esto se debe a que había más demanda de actores en las grandes ciudades y, por lo tanto, los actores podían exigir salarios más altos.
En general, la cantidad de pago que recibían los actores por actuar en el teatro medieval variaba dependiendo de varios factores. Sin embargo, está claro que actuar era una profesión que podía proporcionar un salario digno a quienes eran expertos en su oficio.